viernes, 21 de noviembre de 2008

Viaje a Rusia - Capitulo IV

Cementerio

Dovstoievsky 1Dovstoievsky 2
Mancha
Sara
Un chico enciende una vela en la Catedral de Kazan
Catedral
Un padre de familia posa para una foto
Laura
Colorful Church
Mosaicos
Lámpara
Miniatura de la iglesia colorada
Puente sobre un canal
Una frutería
Puerta
Calle
Una pequeña capilla
Me enfado
Punky
Estela y Anne
Concierto a capela
Chicas
Un amigo y su mujer
Las portus y Francois
Francois y Patricia
Nahuel y su mejor amigo (de Rusia)
Foto
Camión
Copa (tropa)
Rusia
Cartel
La señora

Pizza hutEl señor

El día cuatro nos independizamos de toda organización. Las mentoras, acompañadas sólo de algunos eslovenos y polacos, cogieron un tren al (otro) palacio de verano para ver la habitación de ámbar. Aunque todo apuntaba a que sería impresionante, la ciudad todavía tenía mucho que contar ,así que nosotros decidimos echar a andar hasta toparnos con el enorme cementerio ortodoxo de San Petersburgo. Bajo nuestros pies, Tvakovsky, Dovstoievsky, fílosofos, poetas y sobre ellos turistas realizando su deseo fetiche de visitar al ídolo muerto. En los cementerios antiguos, convertidos en reclamo de masas, la gente no está triste, sonrie satisfecha por cumplir el deseo de haber visitado a los héroes caídos. Las calles y el metro están llenos de soldados. Algún ruso con que hemos hablado explica que es porque se celebra el día de la patria pero empezamos a pensar que es algo común también en días cualquiera.Dos policías que no pasan de los treinta se nos quedan mirando en las escaleras mecánicasdel metro. Marguerita, la italiana se sienta y todos la imitamos mientras el fotógrafo, ayer en el sumun de su antropofobia crónica, hace fotos a cualquier azulejo blanco; siempre es el último pero hay que dejarle, cuando el acaba podemos irnos. Llegando a la catedral, en frente de la corolful church, un par de actores vestidos de zar y zarina ofrecen hacerse una foto con los turistas por 1000 rublos. Es un tanto contradictorio que esta ciudad, Leningrado, veneren igual a los ídolos comunistas que a los zares, y que al recién llegado capitalismo. Comemnso en un restaurante ruso, tradicional pero escaso. María y yo probamos unas boales de pasta con queso, los demás sopa o carne, siempre con paptatas, al acabar se caldea el ambiente: algunso de nsootros quieren ir al museo de arte ruso, una colección pictórica de realismo soviético, en al que unos cuantos no podemos pasar por llegar demasiado tarde pero que probablemnte hubiese resultado más aburrida que interesante. En su lugar, andando despacio, cortando el aire que hiela, decidimos entrar a la colorful church. A veces es mejor no ser experto en arte ruso imperioalista para disfrutar más de las cosas, miramos extasiados al color, con un placer más pueril que entendido, Nahuel sigue haciendo fotos, probablemente a un detalle del mosacio que sólo él ha visto. La iglesia, una copia de la de la plaza roja de Moscú, se utilizó durante la época soviética para guardar patatas, luego se recosntruyó y acabó resultando una sala de colores chirriantes producto del artificio, aún así cualquier sitio caliente es mejor que deambuilar por la calle. Al salir es imposibel resistirse al mercadillo. Todos compramos matrioscas o cualquier utensio inútil con la oz y el martillo.Aunque esta noche parece estar hecha para descansar, algunos de nosotros volvemos al hostal para volver a salir; un concierto a capela de un grupo Moscovita nos lleva a una pequeña sala en el centro. “Los rusos son buena gente, sino mira todos los amigos que hicimos ayer en el bar” y como al fotógrafo se el meta en la cabeza...

Sara Paz

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno éstas haciendo unas fotos preciosas, la del punki me encanta ylas de la galeria (Fliker) son artisticas .Animo y a seguir .

Peter Pánico dijo...

Sigo vuestros pasos y disfruto con vuestras letras e imágenes. Por cierto, para cuándo Moscú? ardo en deseos de ver tu retrato :)